Monday 4 June 2018

La gesta de una casta 2da parte

El bautismo de Liborio Juan

La palabra "cristianizar" fue usada con anterioridad como un sinónimo de bautizar, lo que conlleva la idea de convertir al cristianismo al no cristiano, gran tarea de la iglesia en siglos pasados; esta empresa la llevó a enrumbar a tierras lejanas en busca de los paganos, muchas veces estos, gente de naturaleza salvaje y hostil. 
Estamos a punto de partir otra vez al lejano puerto del Callao en el año1888, viaje para el cual sólo necesitamos dos cosas: La visa de nuestro genuino interés por saber que ocurrió y las utilísimas gafas del siglo XIX, para no quedar en estado de shock; y aunque no vamos a presenciar la misma escena del rito en sí, ni tampoco un encuentro de la barbarie con la cristiandad, sí vamos a leer el escrito autorizado y certificado de la época de este evento, para lo cual hay que estar preparados, porque, quién sabe, podríamos tener una sorpresa.


NOTARIA PÚBLICA  serie N N.6913592

El que suscribe P. Fortunato Saiz, Vicario Cooperador de la parroquia de Santa Rosa del Callao, Certifica:
Que en el Libro de bautizados N. 200, existe una Partida que dice:
                       “En esta Iglesia Parroquial de Santa Rosa del Callao a veintisiete de Julio de mil ochocientos ochenta y ocho; Yo el Teniente del Señor Cura vicario propio de esta Parroquia exorcicé, bauticé, puse óleo y crisma a Liborio Juan, blanco, de Bellavista, de seis días nacido, hijo natural de Don Gabino Wilson y de Doña Juana Baldeón.  Fue madrina Doña Corina Grillo de Wilson,  testigo Manuel Céspedes de lo que certifico”

Francisco de la Lama = Rubricado =
Doy fe
El Callao a 10 de Agosto de 1951
El Vic. Coop.   Fortunato Saiz

¿Sorpresas? vaya que sí las hay; la verdad es que, cuando uno entra a esta "cocina" de la historia familiar y empieza a destapar las "ollas" de cada época y evento, se encuentra con cada "sancochado"; pero recuperémonos de este síndrome del viajero de los tiempos y ahora vamos a señalar aquellas cosas que nos sorprenden, siguiendo el formato de la primera entrega:

1. La legalización. El documento en sí es la de una Notaría y al parecer fue redactado para autentificar la partida de bautismo de Juan Wilson Baldeón, y lo que sorprende es que tiene fecha de 1951, y una simple adición nos da como resultado la cifra 63 que sería la edad de JLW. ¿Para qué solicitaría él la firma de un notario? ¿por qué quería legalizar un certificado de tipo religioso? ¿es que estaría preparando un legajo de su identidad? ¿con qué fines?


2. Su filiación. La frialdad de la frase "hijo natural de ..." sin lugar a dudas encierra todo un trasfondo que a los ojos de la época en una ciudad tradicionalmente recatada y cucufata era visto como  algo indecente o vergonzoso; en efecto, JLW fue un hijo que no contó con la "bendición" oficial de la iglesia ni la aprobación de la ley civil. ¿se habría convertido eso en un estigma para él?, ¿ le causaría eso subsecuentes problemas, tales como, el matricularse en un colegio católico, el querer acceder a un puesto de trabajo, estudiar una carrera formal?, ¿experimentaría la necesidad de demostrar una paternidad que no existía, al menos para la ley?


3. El bautismo. Tuve dudas al intitular este segundo relato, ya que dado el trasfondo, bien pudo haber tenido el título de "El exorcismo de Juan Wilson"; y eso hubiera sonado desconcertante para algunos, y hasta chocante para otros; ¿es que le sacaron un demonio al inefable abuelo? no necesariamente, mantengamos la calma; la explicación a esto es que el rito del bautismo católico incluía una especie de invocación o fórmula para expulsar la presencia demoníaca y así liberar al infante del pecado original; ver este link: https://es.churchpop.com/2016/10/10/sabias-rito-del-bautismo-incluye-exorcismo/

No estoy seguro si todavía se mantiene este procedimiento en las iglesia actuales, y tampoco estoy enterado si los sacerdotes acceden a bautizar a infantes sin la presencia de sus progenitores, lo cual, concediendo que sí fuera posible, elevaría considerablemente los honorarios del oficiante. Por otro lado llama la atención que se especifique el uso de elementos como el óleo y la crisma, lo cual, hasta donde pueda estar informado, ya no es necesario consignar en un certificado bautismal; pero ya que estamos en el terreno de la especulación, el bautismo de JLW bien podría haberse tratado de un bautismo inusual, por decir lo menos, ¿cómo saberlo?, estudios previos con respecto al mundo espiritual así como cierta experiencia en estos menesteres, me hacen casi aseverar que la concepción de un ser humano como consecuencia de una violación, y el abandono por parte de su progenitor, lo coloca en un estado de peligro real; pero por favor no me pidan que arme en este espacio todo un tratado de demonología, ya que no es el propósito de esta crónica.



El tema en cuestión aquí es el estado en que JLW vió la luz, abandonado por su padre, un rústico, abusivo e insensible hombre de mar; pero sí protegido con amor y con sacrificio por Juanita nuestra abuelita, quien a pesar de no ser capaz de escribir ni su propio nombre ni hablar tan correctamente el castellano, asumió la dramática tarea de ser madre cuando todavía no terminaba de ser niña. Todo esto nos lleva pues, a establecer un perfil de este abuelo anglo-peruano, a saber, una alma atribulada, un hombre con crisis de identidad y con resentimientos profundos, condición de la cual, evidentemente no lo libraría un rito religioso y que traería inevitables consecuencias futuras.

4. La madrina: Este es precisamente el punto, que juntamente con el anterior hacen de este episodio toda una caja de pandora, o como grafiqué líneas arriba, un verdadero sancochado; ¿quién rayos era esa señora Doña Corina Grillo de Wilson? ¿por qué su esposo se apellidaba Wilson?, ¿habrá sido hermano de Gabino? , o ¿el padre de Gabino, un británico ya afincado en el Perú, hecho que animaría al hijo venir a tentar suerte en estas latitudes?, o, ¡Dios no lo quiera!, ¿cabe expresarlo?; por favor, quienes estén leyendo esto, busquen un lugar donde puedan sostenerse, pero que sea algo inconmovible, no vaya a ser que la caída sea estrepitosa y la consecuencia calamitosa; se me hiela la sangre, pero ¡podría tratarse del mismo Gabino Wilson! for Goodness sake! ¿a dónde nos lleva todo esto? ¡Cómo quisiera que Doña Corina estuviera viva y en plena lucidez para contárnoslo! . No cabe duda que no basta con ser un periodista de investigación o un genealogista; se necesita ser un arqueólogo, o un profanador de tumbas*, porque es preciso llegar hasta el fondo de este esacbroso asunto.

* He estado a punto de incursionar en esa singular actividad, ya que me vi obligado a indagar si existe la tumba de algún Gabino Wilson en el Cementerio Británico, tanto en el antiguo como en el nuevo; pero los resultados solo contribuyeron a hacer del "filibustero" G.Wilson un personaje aún más elusivo.                                                                                  (ver link:http://www.cementeriobritanico.pe/home.php)

Oz