Friday 13 November 2015

"L'amour est bleu"



- Esto lo tengo que incluir - pensé, mientras escuchaba la radio del auto después de haber recorrido el dial ida y vuelta, una y otra vez buscando alguna melodía que hiciera más llevadera la inusual y no planeada larga espera de una mañana, hasta que por fin, los bellos arpegios de la versión instrumental de "L'amour est bleu" del ya ido maestro Paul Mauriat empezaron a inundar los interiores de mi vehículo - sí, definitivamente esta pieza tiene que tapizar parte del largo y sinuoso camino del soundtrack de mis casi seis décadas - concluí con total convicción; el tema en mención, que se llevó las palmas en el festival de Eurovisión el año 1967, literalmente me acompañó a lo largo del año siguiente, en que empezaba la secundaria, un período crítico, nostálgico, penoso, si se quiere, pero trascendente en mi desarrollo personal. 


 No es ninguna exageración mencionar, que el año en que se compuso "Hey Jude" (1968), de lo cual no me enteraría hasta mucho después, las casi místicas y extrañamente melancólicas tonadas del clavicordio de la orquesta del famoso maestro francés, tuvieron, y aún tienen un efecto terapéutico en mi alma y, lo afirmo con toda certeza, me ayudaron a atravesar ese complicadísimo camino de transición de lo pueril hacia la mocedad, un trance, donde las alegrías se entremezclan con las añoranzas de lo ya vivido, para dar paso al temor y recelo de lo que se ha de vivir. Gracias Paul, sí, de Francia con amor, aunque ese amor sea...triste.
Oz







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